Como sucede con todas las enfermedades abortivas infecciosas, el diagnóstico temprano es esencial para establecer medidas higiénicas-sanitarias y los tratamientos necesarios para limitar las consecuencias clínicas y económicas de la infección en los rebaños afectados.
Además, permitirá establecer los medios profilácticos o vacunales adecuados para evitar un aumento de los abortos en los siguientes años.